24 noviembre 2007

PANTANO DE QUÉNTAR-TOCÓN DE QUÉNTAR (POR BARRANCO TINTÍN Y PADULES)

*

Para finalizar en Tocón de Quéntar, bajo este agujero de Sol y sus blancas casas, como diminutas pinceladas sobre la tierra.
*
Mientras las nubes eran empujadas por el viento y este contraluz quedó como recuerdo
*

Para, al rato y grande, pasar junto a esta zona utilizada como helipuerto (izquierda) y al Cerro de Alacranes (que vemos de frente)
*

Y que abandonamos, dejando atrás la máxima cota sobre la ruta, cortafuegos abajo, desembocando al final, con los frenos al máximo, sobre este camino forestal. Alternativa ésta, la de la pista que tenemos delante, aunque más larga en su recorrido sobre la variante que allá arrriba hemos dejado atrás, y de la que nos han hablado, sobre el otro carril carretero junto al cortafuegos, en el punto más elevado del que comentaba anteriormente y que buscaremos en otra ocasión y/o para la próxima en que volvamos.
*

Eran unas cuantas setas de "cardo cuco" ( Pleurotus eryngii ) " bocatta di cardinali" de la micología y que encontramos sobre esta llanura de los Lastonares (de lastón - gramínea perenne)
*
Para encontrarnos, al poco... No, no era con ninguna mina anti-senderistas, sorpresa!
*

Para ascender, por este lado del barranco, con estas vistas de la Loma del Camarate, levemente nevada, al fondo y cubierta de espesas nubes
*
Y que tras hacer aquí la obligada parada para el avituallamiento, iniciamos el ascenso barranco de los Lastonares arriba...
*

Ruinas que miran hacia el nuevo Padules
*

...llegamos a las ruinas de este antiguo poblado de Padules, a los que los lugareños llaman los Almendrillos. Aquí vemos una pequeña y blanca ermita que aún se conserva en buen estado
*
Bajo este otoño que, por aquí, escondía sus colores más íntimos; esparciéndolos sobre este tapiz tan almohadillado...
*
Para caminar a continuación por este sendero, único tramo señalizado con hitos de madera
*
Río Padules que atravesamos por este rústico puente de madera hecho con unos cuantos troncos de álamo.
*
Y que llegaron al río Padules, fijo, antes que nosotros
*
Pasos que tuvimos que ceder a estas cuantas reses de ganado vacuno si no queríamos que nos pasaran por encima
*
Vereda que ya te encarrilla hacia el río Padules y que hay que tener mucha precaución con los pasos porque hay cantidad de roca suelta sobre la misma
*

Carril que abandonaríamos al poco buscando la referencia de unos postes de electricidad sobre esta explanada, allá a nuestra derecha, para tomar la vereda que nos baja hasta el río Padules. Al fondo vemos, agudizando la vista, el nuevo Padules, en la base de la montaña, en forma de pirámide, que destaca hacia el centro de la foto.
*
Para despedirnos de Haza Redonda, con el Calar de Güejar Sierra a sus espaldas
*
Tras despedirnos, continuamos con el camino de los pasos, pasando junto a las ruinas de este cortijo abandonado, dándole este giro a la caminata
*

Entrando al Paraje de Haza Redonda nos cruzamos con el Club de Senderismo Airo. Y aquí queda la instantánea del momento!
*

Bajo una mañana nublada, gélida y ventosa. Atrás dejamos, al fondo a nuestras espaldas, el Calar de Güejar Sierra con una poca de nieve en su cumbre, como regalo de los cielos.
*
Aquí, caminando ya junto al Tíntín; y que, por su margen derecha, que nos encaminamos barranco arriba
*
Nueva y casi aérea vista del Pantano de Quéntar y de la Cueva de las Palomas...
*

"Cabra de piedra" que da "el pego" en la distancia hasta que no estamos justo y junto a ella
*
Carril en ascenso que comienza asfaltado para continuar por un piso de tierra, al poco, con estas estupendas vistas de la población de Quéntar
*
Presa de bóveda del Pantano de Quéntar que debemos de atravesar para tomar el carril que lleva desde aquí hasta Güejar Sierra.
*
Cueva de las Palomas, en la que se adentra el Pantano
*
Inicio de la Ruta en el Pantano de Quéntar


PANTANO DE QUÉNTAR-TOCÓN DE QUÉNTAR (POR BARRANCO TINTÍN Y PADULES)

*
Continuando por estos caminos del otoño, hoy, bajo un día bastante nublado, gélido y ventoso, nos dirigimos hacia tierras de Quéntar (y su anejo de Tocón), atravesando también por entre las de Güejar Sierra, para realizar esta ruta para la que debemos de utilizar varios vehículos.
Una vez en el Pantano de Quéntar, hasta el que nos hemos acercado desde Granada en dos coches, sólo los dos conductores continuamos hacia su anejo de Tocón, a unos 9,1 km. de distancia del embalse circulando por la GR-SE-39, comenzando la ruta tranquilamente desde aquí el resto del grupo. Para una vez estacionado un vehículo en Tocón, volvernos en el otro hasta el Parking del Pantano de Quéntar y acto seguido alcanzar rápidamente a los que, desde aquí, emprendieron ya la marcha.
Indicar que comenzamos la caminata, sobre las 10 de la mañana, con una temperatura de unos 4ºC y sobre una cota de nivel de unos 1.056 m., calentando ambiente y piernas, cruzamos por la presa de hormigón, construida de las de tipo “bóveda”, para continuar por el corto tramo de carretera asfaltada que, en seguida asciende, con unas estupendas vistas del mismo y de la población de Quéntar, observando la Cueva de las Palomas, a un tiro de piedra, y cómo las aguas se adentran en la misma. Para caminar a continuación, ya por carril carretero de tierra, que lleva hasta Güejar Sierra (dirección La Argumosa-Collado de la Trinchera), pasando junto a la archiconocida escultura, en forma y figura de cabra, y tallada en piedra. Dando incluso "el pego,” en la distancia, y que se encuentra fija y sobre una roca.
A esta altura, nos desviamos del carril principal, girando a la izquierda, en suave ascenso, para pasar a continuación muy próximos a las ruinas del Cortijo del Castillejo.
Al poco, y continuando por este carril carretero, tras rodear en parte y en el sentido de las agujas del reloj un cerrete de unos 1.258 m.a., entramos en tierras de Güejar Sierra, allá sobre la cota de nivel de los 1.200 m.a., y más concretamente en el Valle del Tintín, uno de los tres afluentes que vierten sus aguas al Pantano de Quéntar y desde donde podemos disfrutar de unas magníficas vistas en panorámica del mismo, allá sobre la altura limpia; y de la, mencionada antes, Cueva de las Palomas.
Continuamos por este carril, que termina cerrado al paso para los vehículos mediante una cadena, dejando atrás los cortijos de Tobalo, de Tintín y poco más arriba el de Murillo, sembrando este valle que se va desprendiendo de los últimos colores del otoño; y que, tras los últimos aires, ha desnudado a la mayor parte de los árboles de hoja caduca.
Sobre la cota de nivel de 1.250 m., y punto de unión de los Barrancos de Tintín y Haza Redonda, abandonamos la margen derecha del Tintín, para girar a la izquierda y dirigirnos hacia ese amplio Paraje, con el que nos topamos a continuación, llamado Haza Redonda (1.489 m.a.)
Como referencia deberemos de dejar atrás, antes, unas colmenas a la izquierda y una diminuta hornacina a la derecha. A nuestras espaldas tenemos el Calar de Güejar Sierra y el Collado de la Gitana.
Atravesamos Haza Redonda, cruzándonos con miembros del Club de Senderismo Airo, cuyo guía y promotor, Antonio Ibáñez Romero, tras los saludos pertinentes, nos informa de que, ellos y hoy, estaban realizando la ruta del Pantano de Quéntar-Punto Geodésico de Padules.
Tras un breve coloquio y despedirnos de su grupo, reanudamos el sentido de la marcha, dejando atrás las ruinas de un cortijo, continuando carril arriba, realizando un giro a la derecha. Volvemos a ver, de nuevo a nuestra izquierda, otras colmenas, éstas de las llamadas ecológicas, y de frente y a los lejos, como referencia, el nuevo Padules a la falda de una piramidal montaña. A poca distancia vemos unos postes de tendido eléctrico a los que debemos de dirigirnos y cruzarlos por debajo como punto de referencia para buscar la vereda, ahora, que nos conduce al poblado antiguo de Padules. Vereda que nos desciende hasta el río Padules (en su prolongación arroyo de Padules o Paduales, como he visto incluso escrito en algunos mapas), y que deberemos de cruzar para pasar a la otra margen del mismo por una rústica pasarela hecha con troncos de álamos, marchando ahora por un sendero señalizado con hitos de madera, que nos asciende, en un abrir y cerrar de ojos bajo un paisaje al más puro otoño, hasta el poblado viejo de Padules, paraje llamado por los lugareños de Los Almendrillos, y en donde existen numerosas ruinas de antiguas viviendas, construidas de mampostería de bloques de piedra caliza y sin argamasa alguna. Construcción muy parecida a las de tipo alpujarreño, con restos incluso de tejados cubiertos de launa, composición y forma de los típicos "terraos", en donde existe una pequeña y blanca ermita, que aún permanece en pie y en buen estado por cierto.
Aquí hacemos un alto en el camino para tomarnos un merecido refrigerio con vistas al Cortijo nuevo de Padules. Sobre él observamos gran parte de la Loma del Camarate, levemente nevada, y a la derecha el Collado del Alguacil.
Continuamos con el camino de los pasos y lo hacemos, ahora, por una vereda que asciende Barranco de los Lastonares arriba, atravesando estas ruinas del antiguo Padules, para dirigirnos hacia unos postes de electricidad, como referencia, alcanzando la máxima cota allí de la ruta, 1.585 m. Aunque si hubiésemos tomado la otra margen del Barranco, la izquierda, camino éste utilizado desde antiguo por los habitantes de Tocón para ir a Padules, o viceversa, pasando por las Cuevas, sin ninguna duda el más corto, habríamos ganado en tiempo y pasos. Pero nosotros queríamos hoy andar y le dimos esa vuelta al ruedo al mapa.
Así pues entramos en el paraje llamado Los Lastonares; una extensa llanura ahora, en donde nos contaron después en Tocón, que todo esto estuvo sembrado literalmente de minas durante la guerra civil española. Llanura, y aire libre hoy, que atravesamos, pasando del término municipal de Güejar Sierra al de Quéntar nuevamente, coincidiendo dicha linea divisoria con un cortafuegos, practicado junto al primer pinar con el que nos encontramos, y al que nos acercamos para recorrerlo en descenso; abandonándolo al poco, girando a la derecha, para proseguir la marcha por un nuevo carril carretero que desciende en sus primeros pasos. Camino forestal que asciende y desciende, zigzagueando y zigzagueando a sus anchas, salvando este relieve de barrancos y barrancos, haciéndose casi interminable, aunque en muy buen estado de conservación por cierto y que es utilizado para labores y trabajos del monte. Atrás dejamos un nuevo cortijo a nuestra izquierda, junto a otra zona de colmenas, para llanear después durante un buen rato, y pasar junto a un helipuerto con el Cerro de Alacranes de fondo. Y así, paso tras paso, desembocamos en un nuevo cruce de caminos que, tomando el de la izquierda nos lleva de inmediato hasta Tocón de Quéntar, sobre una altitud de unos 1.250 m.
Ruta de hoy, que la hemos comenzado en uno de los pantanos más emblemáticos de Granada, construido en el año 1.976 y que surte de agua a la capital granadina junto con el de Canales, para pasar a continuación, a través de un paisaje de ribera (Valle del Tintín), a otro del mismo estilo, el del río Padules, también afluente del Pantano de Quéntar, con una vegetación tan propia y característica formada por álamos, sauces, chopos, olmos; para continuar entre un paisaje montañoso y desnudo (afectado en parte por los fuegos del pasado) compuesto de multitud de plantas aromáticas (salvia, romero, lavanda, tomillo) retama, aulagas, piornos, etc.,etc... y que nos deja sobre el arroyo del Tocón, ya en la población del mismo nombre, y que se une más abajo al Río de Aguas Blancas, cerrando el círculo familiar de estas tres fuentes hidrológicas que alimentan al Pantano de Quéntar. Embalse al que nos dirigimos, tras una breve parada en el Bar El Pastor de Tocón, para recoger el vehículo que habíamos dejado allí aparcado e iniciar el regreso a Granada.
Como siempre, dejo algunas instantáneas como muestra y recuerdo de los pasos. Despidiéndome hoy con este dicho gracioso del lenguaje popular y que, a modo de chascarrillo, me han contado que salió de un buen catador de vinos, y que por alusión dejo aquí como referencia al mal estado en que se encuentran algunos caminos tras las últimas lluvias... "Si el agua hace eso con los caminos, qué no hará con los intestinos...!
Pues eso, que hasta la próxima,! Y sobre todo, no os toméis estas palabras al pie de la letra, bebed con moderación, alegría y sabiduría, y quien conduzca ni gota de alcohol, no vayamos a liarla!
*
-Itinerario: Pantano de Quéntar, Barranco Tíntín, Haza Redonda, ruinas de Padules (Los Almendrillos), Los Lastorares, Tocón de Quéntar.
-Trayecto: lineal (utilizando varios vehículos para ello)
-Distancia del recorrido: unos 21 km. aprox.
-Participantes: 6
-Dificultad: Baja
- Duración: 7 h. con descansos incluidos.
- Máximo desnivel alcanzado en la ruta: 529 m.
-Agua: se recomienda llevar.

23 noviembre 2007

EL DESPERTAR_SIERRA NEVADA

*
El Despertar - Sierra Nevada


Bueno, por fin la nieve ha hecho acto de presencia. Aquí, bajo "El Despertar de Sierra Nevada" como he titulado ésta y que nada más abrir los ojos disparé en privilegio. Nieve que, ahora resalta nuestro horizonte, de esta nuestra Granada, que tanto acoge y tan poco recibe a cambio. Granada hoy delante de este reflejo tan dorado y blanco, tan serena como el alba. Silencios que reparte y se partirán, nada más bostezar, abrir sus calles, sus plazoletas y plazas. Habitantes y caminantes que mirarán hacia arriba, y obtendrán este regalo de inmediato, esta nieve que nos espera, que por aquí es esperanza y vida más que fría y blanca. Y hacia allí, para hundir nuestras pisadas, para abrir esos senderos, que nos dirigiremos hacia ella. Unos en cuerpo y alma, otros en el abrazo del recuerdo, aún en la distancia.

18 noviembre 2007

RUTA MEDIEVAL DE LA ALPUJARRA, A TRAVÉS DEL SENDERO PR-A299

*(se recomienda, sobre el sentido de los pie de foto, su lectura de abajo hacia arriba, terminando en esta última instantánea, la primera de la entrada. Sentido que intentaré cambiar en un próximo blog)
Y de ellos que nos despedimos! Aquí, Iglesia de San Sebastián, estilo mudéjar, Siglo XVI de Juviles, como ejemplo de unión entre el presente y el pasado y que aquí y así permanecen... Por ello, y por todo, suerte y ánimo para recorrerlos!
*
...llegamos a Juviles, donde se juntan rutas y senderos tan distintos como hermanos
* Y sobre este atardecer tan dorado y desnudo, con la Luna ya vestida de blanco...
*
Ruta que, por durar unas 8 horas, y sobre este tiempo de otoño que pisamos (en el que los días son más cortos), hay que programarla al minuto para que la tarde-noche no te pille por los pasos.
*
Camino de Tímar a Juviles que hay que tomárselo con un descansillo que otro como respiro y excusa de pulmones y vistas con las que nos topamos.
*
...ascendiendo por el Camino de Tímar, dejando atrás esta vista de Peñón Hundido (junto al que pasamos) y los restos de otras antiguas minas o fábricas de mercurio, las Minas de Retama de Tímar, que estuvieron en explotación desde mediados del S.XIX al XX
*
* Aquí, sobre el cuarto y último tramo de la Ruta, nos encontramos con el la alberca y era de Tímar de época medieval , y que tras pasar a continuación junto a su blanco cementerio, nos encarrila hacia Juviles...
*
Y allí , sobre las Eras de Nieles, que nos tomamos ese merecido descanso y refriguerio...
*
Tercer tramo de la Ruta que finaliza en Nieles, al que vemos al fondo, y que discurre en sus últimos pasos por esta carretera asfaltada.
*
Al poco, por el Caminillo Viejo que enlaza con Nieles, y que tras rodear al Cerro Mancilla, nos encontramos con estos restos de las antiguas Minas de Mancilla de mercurio, obtenido del mineral de cinabrio. Aquí, sobre el panel informativo, observamos una antigua chimenea de las mismas.
*
...de multicolor y flora, que sigue aferrándose a la vida!
*
Y aquí tenemos, ya, a Cástaras, bajo nuestros pies y este otoño de oro y sueños...
*
Detalle de esta construcción tan típica en la Alpujarra, a nuestro paso por el Barrio Alto de Cástaras
*
... y sobre un camino empedrado muy antiguo; algún tramo, incluso del periodo tardo-romano.
*
Y que pasa por el Túnel Minero de la Fabriquilla, cosntruído "para salvar vidas" en el primer tercio del S.XX, como seguridad del viajero que le resguardaba de las posibles caídas del mineral, que por encima de sus cabezas circulaba en vagonetas suspendidas mediante un cable aéreo...
*
Sobre el Portichuelo de Cástaras, informando del siguiente tramo de la Ruta Medieval, existen estos paneles para el viajero o senderista. Y desde aquí, para nosotros, cambiando de vertiente, el que sigue, el tercer tramo: hasta Nieles...
*
Tierras con horizonte, pasado y futuro. Aquí, sobre ésta, vemos el Mulhacén al fondo; debajo, la Alcazaba de Busquistar ( núcleo turístico) sobre la ladera izquierda del Barranco de Trevélez, a una altitud de unos 1.700 ms.n.m.
*
...En donde la mano y el paso del hombre fueron el principal motor y venero de estas tierras
*
...salvando un fatigoso desnivel de unos 300 m., cruzando entre medias la acequia de Almegíjar, para dejarnos sobre el Portichuelo de Cástaras, crucial cruce de caminos en el pasado...
*
...subida que, una vez cruzado el puente, nos eleva y eleva, y nunca mechor dicho, a través de esta escarihuela, la llamada del Helechar o la
del Portichuelo de Cástaras...
*
Puente sobre el río Trevélez que cruzamos para encaminarnos hacia la escarihuela del Portichuelo...

*
Con el río Trevélez, como compañero de viaje, y durante un buen tramo del sendero bajo los pasos
*
Para hacer, a continuación, a las afueras ya de Busquistar, una breve parada sobre esta "era-mirador", y tomarnos ese tentempié que te levanta
*
Y por entre las calles de Busquistar que nos mimetizamos...!
*
Entrando a Busquistar, con el blanco y azul como testigos; y esta contrucción tan típica como característica del pasado. Bajo ese tiempo, que por aquí parece como ralentizarse
 *
Topándonos al paso con estos corderillos al sol, que aún calentaba por estas fechas por cierto, formando parte de las pequeñas explotaciones ganaderas que todavía subsisten por estas tierras...
*
 
Recorremos los últimos metros, a la vista del "dorado"...
*
Que vamos llegando, ya sí que sí, a Busquistar...
*
Con un poco de sombra que no venía mal...
*
 Marchando ahora encarrilados
*
 Localidad de Busquistar, situada sobre el Barranco y cuenca del río Trevélez, a la sombra de las montañas que lo custodian, dándole más frescor al agua, si cabe.
*
 
A la vista y alcance ya casi de Busquistar
*
 
Dirigiéndose seguidamente a la siguiente localidad alpujarreña: Busquístar, compartiendo tramo con el GR-142 ...
*
 Reagrupando todos, al poco, con los pueblos que vemos como telón de fondo, pertenecientes a La Taha (Pitres, Mecina, Mecinilla, Fondales y Ferreirola)
*

Vista de la era, conocida como la "del Trance", tirando de zoom y con algo más de detalle
*
A la vista ahora de Ferreirola, con su antigua era agrícola debajo, y los compañeros que sí que entraron en Ferreirola.
*
Caminando ahora junto a este arroyo de aguas ferruginosas
*
Otoño que hoy estaba más que dorado por todos los rincones por donde pasamos, como para perderse, y nunca mejor sitio! Y por suerte que lo hicimos, despistándonos, parte del grupo , por un momento, por entre este cautivador paraje!
*
Dejando algunos la localidad de Ferreirola a nuestra derecha
*
 
Y con el suma y sigue de su espectacular otoño...
*
 
Dejando atrás alguna de sus típicas construcciones, caso como el de este lavadero público
*
Salvando algún que otro pequeño arroyo...
*
Y alguna mirada que otra hacia la "naturaleza muerta"
*
Otoño en su máxima obertura, como vemos
*
 Y los numeros hitos con los que nos toparemos durante la Ruta Medieval, señalizada como PR-A-299. Aquí, junto a uno de los primeros, tomando el camino de inicio señalado en Pórtugos. Tramo éste, además compartido con el GR-7, con dirección a Atalbéitar-Ferreirola.
*
 
Al contacto ya con el espectacular otoño alpujarreño...
*

Iniciamos el recorrido en la localidad alpujarreña de Pórtugos, con dirección a la de Atalbéitar, tal y como vemos en el letrero del GR-7 que comparte tramo con nuestro sendero...
*
Atrás dejamos los pueblos del Poqueira, con esta instantánea bajo la mañana y la sombra típica de Pampaneira, tomada desde el autocar de camino a Pórtugos, nuestro destino final.
*

Plano de la Ruta Medieval. Fuente: Web de Nieles
*
RUTA MEDIEVAL DE LA ALPUJARRA, A TRAVÉS DEL SENDERO PR-A299
<->
Nuevamente ponemos rumbo hacia tierras alpujarreñas para realizar, concretamente hoy con el Club de Senderismo El Bastón, la denominada Ruta Medieval de la Alpujarra. Tierras y paisajes que absorben al viajero nada más llegar a ellas, en donde se siente mimetizado tras la primera ojeada. Caminante que pierde la noción del tiempo nada más cruzar aquel paisaje tan natural que descansa entre barrancos y bancales...allá sobre el pasado; acá sobre el presente de los pasos; de camino hacia el futuro, pero sin perder sus señas de identidad ni sus raíces tan profundas.
Por este motivo, la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra, dentro del Plan de Desarrollo Turístico de la comarca, con la colaboración de las Consejerías de Cultura y la de Turismo Comercio y Deportes de la Junta de Andalucía ha desarrollado esta ruta, que fue presentada en nuestra provincia de Granada el 18 de diciembre del año pasado, como motor e impulso, para adaptarla a ese futuro, aprovechando el tirón del turismo rural, cada vez más en auge, por cierto. Ruta, cuyo eslogan, ha sido grabado, tan acertadamente, sobre el camino del andar: “Las huellas del Medievo en la Alpujarra
Decir que su trazado discurre por antiguos caminos medievales que aparecen documentados en los Libros de Apeo de 1.574 y que ha sido desarrollado para fomentar y potenciar el turismo en dicha zona; recuperando, al compás de los pasos, esas antiguas zonas de tránsito, algunos tramos incluso catalogados como de origen tardo-romano.
Ruta Medieval, señalizada como PR-A299, cuyo trazado mide 21 kilómetros, y que ha sido utilizada por los lugareños desde hace más de 700 años para pasar de unas poblaciones a otras, salvando sus desniveles más importantes; ya sea a través de vías pecuarias, antiguos caminos de arrieros, caminos reales, escarihuelas, etc.,etc. con la idea de estar en permanente comunicación entres sus núcleos más importantes y/o anejos.
La ruta consta de 4 tramos perfectamente señalizados, con subidas y bajadas de baja y media dificultad. Por el camino nos podremos ir encontrando tanto con construcciones tradicionales, como hornos y albercas, zonas de cultivos, acequias, minas y restos industriales, yacimientos arqueológicos, torres, iglesias, eras, cortijos, baños, lavaderos públicos, parajes naturales y caminos históricos entre otras cosas. Incorporándose elementos tanto de interés patrimonial como histórico (sirviendo como ejemplo la era y alberca de Tímar, que ya se citaban como viejas en el Libro de Apeo de Cástaras y Nieles)
El recorrido del sendero está diseñado para ser recorrido en sentido Oeste-Este (aunque se puede hacer al contrario, evidentemente; pero habrá que prestar más atención a las señales ya que han sido colocadas, y lo  comprobamos, más/mejor de cara al primero; esperemos que esto lo solucionen ), iniciándose en el municipio de Pórtugos para pasar a La Tahá de Pitres y los anejos de ésta (Atalbéitar y Ferreirola), Busquistar, Cástaras (y su anejo, Nieles) y por último Juviles, municipio en donde finaliza la ruta.
Sendero que está señalizado con el sistema M.I.D.E. (sistema de comunicación entre excursionistas), y pionero en ser utilizado en la Alpujarra; informando de las exigencias técnicas y físicas del recorrido. Unificando y valorando (entre 1 a 5 – de menos a más - ) de los grados de dificultad sobre los distintos aspectos de los caminos con los que nos podemos encontrar (riesgo, señalización, tipo de camino y duración). Compaginando dicha ruta con una interesante red de miradores a través de las tradicionales “Eras Agrícolas”, desde donde el viajero o senderista puede disfrutar del paisaje, que se le desnuda ante la vista, haciendo uso de ellas. En definitiva, de este patrimonio heredado de nuestros antepasados.
El primer tramo de la Ruta Medieval, de 4,7 km., con una duración de 1 hora y 30 m. y de dificultad baja, nos conducirá desde Pórtugos (del latín Portus –lugar de paso) hasta Busquistar, pasando por Atalbéitar. Hasta llegar a esta localidad, la ruta es compartida con el sendero GR-7 - E4, de gran recorrido y de carácter internacional; y que atraviesa, en sus 6.000 km. de trazado, del arco mediterráneo, los países de España, Andorra, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Serbia, Bulgaria, hasta llegar al Peloponeso (templo de Delfos), allá sobre Grecia (punto de inicio o destino, según se vaya o venga).
Desde Atalbéitar (en árabe, “barrio del veterinario”), la ruta nos lleva a Ferreirola (cuyo nombre significa “pequeña mina de hierro”, como diminutivo de Ferrerira), en cuya llegada nos sorprende su antiguo lavadero, en uso al público hasta no hace mucho.
Al salir de este pueblo, enlazamos con el sendero GR-142 (sendero de la Alpujarra, "Granada-Almería", que discurre entre la localidad granadina de Lanjarón hasta la almeriense de Fiñana), y que comparte camino con el medieval hasta llegar a Busquistar, situada en el mismísimo barranco del río Trevélez, y cuyo origen se encuentra indeterminado; conservando, fielmente, la típica construcción alpujarreña, llegando a depender en el pasado de la taha de Ferreira, incluso indirectamente de Granada.
En este último recorrido, nos encontramos con una curiosa fuente de agua llamada la gaseosa, adornada con azulejos, con motivos agrícolas, y la era-mirador de Ferreirola. Si observamos a la derecha, podremos ver varias veredas, o pequeños senderos, de gran pendiente que sinuosamente suben ladera Este del río Trevélez. Estos caminos se reconocen comúnmente como “escarihuelas” y las que observamos aquí son la escarihuela de Panjuila, al pasar por la era de Ferreirola, y la de las Minas del Conjuro, que veremos mejor ya llegando a Busquistar. Las escarihuelas o carregüelas son caminos zigzagueantes y muy verticales, con pendientes superiores al 20%, y cuyo nombre viene por deformación lingüística del término "escaleruela" (con forma de escalera). Estos caminos ayudaban a comunicar tanto núcleos o poblaciones como anejos o cortijadas, recorriendo en poca distancia, grandes desniveles, salvando barrancos, ramblas, etc.,etc.
El segundo tramo, de 4,2 km. de longitud, de una duración de 1 h. y 45 m. y de dificultad media, nos permite alcanzar el otro lado del valle del río Trevélez para poder enlazar con el Camino Real de Trevélez (principal vía de comunicación entre la Contraviesa (Torvizcón) y la Alta Alpujarra desde la Edad Media hasta hace unos 60 años.
Hasta llegar al río Trevélez, disfrutamos de una bajada más que agradable, con los cinco sentidos abiertos tras cada paso, con vistas espectaculares del barranco, que en esta época del otoño luce sus mejores galas, con trajes de oro y fuego, rojos y ocres.
Tras cruzar el puente, iniciamos una fatigosa y dura subida, de unos 300 metros de desnivel, salvando, al poco, la acequia de Almegíjar (de una longitud de 10.880 m. y que toma sus aguas, sobre una altura de 1.310 m., de un afluente del río Trevélez, para cruzar después el Cerro del Conjuro), a través de la llamada escarihuela del Helechar que conduce al Portichuelo. Tras recorrerla habremos llegado al Portichuelo de Cástaras: un cruce de caminos de gran importancia para la comunicación en la comarca donde comienza el siguiente tramo de la Ruta Medieval.
El tercer tramo, con una longitud de 5,6 km., duración aproximada de 1 hora y 45 m. y de dificultad baja, comienza en los Prados de Cástaras, en donde existen algunos cortijos abandonados y otros que están siendo rehabilitados, hasta Cástaras (que fue antigua alquería de la tahá de Jubiles). Parte del camino está empedrado, aunque a veces en mal estado por cierto; pero pensemos en que algunos tramos son, incluso, del periodo tardo-romano, y ya han pasado algunos años y pisadas por ellos...! Desde el Barrio Alto de Cástaras bajaremos al Barrio Medio donde enlazamos con el llamado Caminillo Viejo que nos guiará hasta Nieles, discurriendo por la ladera sur del Cerro Mancilla; en su mayor parte por un terreno rocoso y baldío, facilitando la conexión con los restos de las minas de mercurio de Mancilla.
El cuarto tramo, tiene una longitud de 6,5 km. la duración es de 2 horas y la dificultad media. El recorrido es de Nieles a Juviles. El nombre de Nieles viene del adjetivo latino niger, que significa "negro", a través del diminutivo nigellus, y de ahí nielus. La palabra niel hace referencia a una técnica, ya utilizada por los romanos, consistente en rellenar una labor en hueco sobre metales preciosos, con esmalte negro hecho de plata y plomo fundidos con azufre.
Pero continuemos con el camino de los pasos…por el Camino de la Vega de Nieles, que da acceso a su vega, en la que se mantienen los cultivos tradicionales de huerta y árboles frutales, mediante los típicos bancales sujetos mediante muros de “piedra sobre piedra” y sin argamasa alguna, entorno éste declarado como B.I.C., cruzamos el río de Nieles para ascender al Cortijo de Lobrazán y continuar por la acequia del mismo nombre para proseguir por el portillo existente entre el Peñon Hundido o "Hundío" y el Cerro de las Eras, rodeando el Peñón Hundido, para llegar a la era y a la alberca. Eso sí, en este último tramo, caminando por una carretera de cemento con un fuerte desnivel; por lo que, se podría haber buscado otra alternativa por alguna otra vereda o antiguo camino de tierra. Pasando acto seguido junto al cementerio de Tímar y minas de mercurio, y tomar el Camino de Tímar (del latín Timen : el Temido) a Juviles que asciende a esta última localidad por la margen izquierda del río Nieles. Población esta de Juviles, la segunda más pequeña en extensión de toda la comarca, y que goza de un clima ideal para la curación de jamones, además de una fortaleza del siglo VIII o anterior, llamada popularmente “El Fuerte”, de gran importancia en la Edad Media, y conquistada por Abderramán III en el 913.
Este tercero y cuarto tramo tiene vistas sobre la Contraviesa y la Rambla de Cástaras así como sobre el caserío de Nieles y su entorno agrícola y urbano, ambos adaptados perfectamente.
Ruta Medieval a la que le hemos dado esa revuelta al paisaje, hoy convertido en presente. Habiéndonos transportado, en algunos momentos, y bajo el latir de nuestros pasos, hacia aquella época del pasado. Imaginándonos la vida, usos y costumbres de sus habitantes. Moradores que, fueron, vivieron y sobrevivieron, incluso dieron su vida, por y para estas tierras sobre las que pisamos, bajo el respeto que se merecen.
Como siempre dejo algunas instantáneas como muestra y recuerdo, hoy y aquí, y nunca mejor dicho, como huella de nuestros pasos. Dándole las gracias, también desde esta humilde bitácora, al amigo Angel Bañuelos por guiarnos a través de esta ruta, a la que le ha dedicado tanto esfuerzo, siendo además unos de los responsables del mantenimiento de la página Web de Nieles, http://www.la-alpujarra.org/nieles/home.html , de la que he sacado gran parte de la información adjunta; gran amante, por cierto, de ésta nuestra Alpujarra.
*
Porque el paisaje y sudor de la Alpujarra vienen de tan antiguo: de una mano, de dos; de miles de frentes... Piedra sobre piedra; dominio tras cultivo, cultivo tras dominio; tierra a medida que sobre la tierra descansa. El hombre, como arquitecto, escultor, cirujano...acequia tras acequia; agua que nunca duerme ni cesa. Veredas a reventar de verde, destinos, huellas... Bajo aquella, su Sierra. Hacia aquella, su montaña... La que le da cobijo y atalaya. Menstruación que se debate entre la nieve y el agua; entre el oxígeno y la esperanza. Como ese cielo que la ampara; tan azul como transparente. Acá la cal; la fina piedra angulada; el tinao; el terrao; la launa; la chimenea encendida... Allá, el barranco, el pliegue de la tierra, el silencio que se abre... La Alpujarra: A un brazo de mar; a dos, de esa altura impronunciable.
*
DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:
->
- Sendero utilizado: Ruta Medieval de la Alpujarra: PR-A-299.
- Trayecto: lineal, con un total de 4 tramos debidamente señalizados e informados al respecto.
- Distancia del recorrido: 21 km.
- Dificultad: Media
- Duración: 8 h. con descansos incluidos.
- Agua: en varias fuentes del recorrido.
- Participantes: 42 entre socios y amigos del Club de Senderismo El Bastón